31.05.2005
TOPOI KOINOÍ y LOCI COMMUNES
¿Qué hay detrás de las palabras?
Anscombre
En la Tópica de Aristóteles encontramos que el objeto de su tratado es: “encontrar un método a partir del cual podamos razonar sobre todo problema que se nos proponga, a partir de cosas plausibles, y gracias a la cual, si nosotros mismos sostenemos un enunciado, no digamos nada que le sea contrario. Así, pues, hay que decir primero qué es un razonamiento y cuáles sus diferencias, para que pueda comprenderse el razonamiento dialéctico (…) Un razonamiento es un discurso (logos) en el que, sentadas ciertas cosas, necesariamente se da a la vez, a través de lo establecido, algo distinto de lo establecido.”(1) En otros términos:
proposición (p1) + proposición (p2) = conclusión (p3)
Y agrega: “Hay demostración cuando el razonamiento parte de cosas verdaderas y primordiales; (…) en cambio es dialéctico el razonamiento construido a partir de cosas plausibles”. Y, “plausibles las que parecen bien a todos, o a la mayoría, o a los sabios, (…) o a los más conocidos y reputados”(2)9
Desde el enfoque de Perelman y L. Olberchts-Tyteca “cuando se trata de fundamentar valores o jerarquías, o reforzar la intensidad de la adhesión que suscitan, se los puede relacionar con otros valores o jerarquías, para consolidarlos. (…) Se puede recurrir a premisas de carácter muy general, a las que clasificaremos con el nombre de lugares, τòποι, de los que derivan los Tópicos. O tratados dedicados al razonamiento dialéctico. (…) Para los antiguos, los lugares designan rubricas bajo las cuales pueden clasificarse los argumentos, consistía en agrupar el material necesario, con el fin de encontrarlo con más facilidad. (…) Aristóteles distinguía entre los lugares comunes, que pueden servir indiferentemente en cualquier ciencia y no dependen de ninguna, los lugares específicos, que son propios de una ciencia particular o de un género oratorio bien determinado (…) Primitivamente, los lugares comunes de caracterizaban por su gran generalidad, que los utilizables en cualquier ocasión.”(3)
Por otra parte, en “La Tópica de Cicerón(4) (…) trata fundamentalmente de formular y aplicar un catálogo de tópicos (es decir, lugares comunes, puntos de vista que gozan de aceptación generalizada y son aplicables bien universalmente, bien en una determinada rama de saber), y no como la de Aristóteles de elaborar una teoría. (…) La tópica surge precisamente en el campo de la invención, de la obtención de argumentos, y un argumento es para Cicerón una razón que sirve para convencer de una cosa dudosa (rationem quae rei dubiae faciat fidem); los argumentos están contenidos en los lugares o loci- los topoi griegos- que son, por tanto sedes o depósitos de argumentos.”(5)
Hay antecedentes, también, en la formación de juicios que parten del sentido común y lo verosímil en Vico S. XVIII quien se opone el método tópico y método cartesiano. En la misma línea, Viehweg realiza una oposición entre lógica y tópica. Y rechaza la lógica formal, pues intenta establecer una lógica de las normas para la resolución de casos en situaciones similares mediante razonamiento mediante ejemplos. Cabe destacar, que la obra de Viehweg es similar a la de Eduard Levi (1951), Luis Recaséns (1956), y Joseph Esser (1961).
“Viehweg caracteriza a la tópica mediante tres elementos (…) estrechamente vinculados entre sí: por un lado, la tópica es, desde el punto de vista de su objeto, una técnica del pensamiento problemático; por otro lado, desde el punto de vista del instrumento con que opera, lo que resulta central es la noción de topos o lugar común; finalmente, desde el punto de vista del tipo de actividad, la tópica es una búsqueda y examen de premisas.”(6)
De ahí su importancia como: consenso preestablecido, condición de verosimilitud o presunción de lo posible en tanto es una premisa compartida y legitimada socialmente.
Tomando como punto de partida la óptica de Barthes, nos permitimos comparar aquello que diversos autores han identificado como Topoi. Pues se pregunta: “¿Qué es un lugar? Es decir, dice Aristóteles, aquello en que coincide una pluralidad de razonamientos oratorios. Los lugares, dice Port-Royal, son ‘ciertos enunciados generales a los que se pueden referir todas las pruebas de las que uno se vale en las diversas materias que trata’ (…)
¿Por qué lugar? (…) dice Aristóteles, para acordarse de las cosas basta acordarse del lugar en que se encuentran (el lugar, pues, es el elemento de una asociación de ideas, de un condicionamiento, de un adiestramiento, de una comparación); los lugares no son pues los argumentos mismos sino los compartimientos donde se los ordena.
‘Los lugares, dice Dumarsais, son las celdillas donde cualquiera puede ir a tomar, por así decirlo, la materia de un discurso y argumentos sobre toda clase de temas. Un lógico escolástico (…) los compara con un rótulo que indica el contenido de un recipiente (pyxudum indices); para Cicerón, los argumentos, viniendo de los loci, se presentan por sí mismos a la causa que corresponde tratar, ‘como las letras para las palabras que es necesario escribir’: los loci forman, pues, esa reserva muy particular que constituye el alfabeto: un cuerpo de formas privadas de sentido en sí mismas, pero que concurren al sentido mediante la selección, combinación, actualización. En relación con el locus, ¿qué es la tópica? Parece posible distinguir tres definiciones sucesivas. La tópica es, o ha sido: A) un método; B) un casillero de formas vacías; C) una reserva de formas llenas.” (8)
Mortara señala que “las premisas de los entimemas han de buscarse entre las ideas generales adecuadas para constituir la base de los razonamientos. Estas ideas están depositadas en la memoria colectiva, y para hallarlas se recurre a los lugares en los que se encuentran: los topoi.
El término tópos (…) es un tecnicismo dialéctico introducido por Aristóteles. Se encuentra por primera vez, en la aceptación que será uso común también en la retórica en el primer libro de los Tópicos, un tratado de argumentación dialéctica y de técnicas para razonar problemáticamente cuyo nombre procede, precisamente, de tópos.
Los lugares son de dos tipos: comunes o generales y propios o específicos. Los lugares comunes son puntos de vista de aceptación general, recogen opiniones extendidas y pueden aplicase a argumentos diversos (jurídicos, físicos, políticos, etc.) en cualquier campo del saber.”(9)
“Eco (1995) señala qué: ‘el topos está prefijado, y por tanto refleja un orden preexistente a la obra…’ Para Ibáñez (1992): El lenguaje puede ser verosímil porque ha sido producido en grupo. El discurso del grupo es la producción imaginaria del grupo. La verdad del discurso y la realidad del grupo descansan en el mismo soporte: el consenso. Dice Aristóteles sabemos que la opinión pública descansa en tópicos, en lugares comunes. (…) Lo verosímil tópico capta todo el lenguaje (se inscribe en los lugares donde se produce el consenso en el que se apoyan las condiciones de verdad."(10)
Pero si tomamos como punto de partida la perspectiva de Anscombre y Ducrot debemos entender que se aproxima a la noción de Topoi tratando de establecer dos enclaves importantes: primero, identificar la relación concreta entre el valor léxico y el mundo real. Y segundo, abordar el problema del significado: referencia y pragmática integrada. Llevando la discusión dentro del marco teórico de la argumentación en la lengua.
La consecuencia, inmediata de aquellos principios es retomar la tradición semántica lingüística, que da lugar a la problemática de la referencia por la parte. En donde los (…) “enunciados (o sea cadenas de ocurrencias de palabras, formadas en conformidad con ciertas reglas) son capaces de hablar del mundo real, referir a la realidad. En donde los objetos que aparecen en el discurso son objetos discursivos, creados por y para el discurso.” (11)
En este contexto, ya es posible diferenciar dos tipos de topoi, los topoi extrínsecos y los topoi intrínsecos. Los intrínsecos son los que tienen que ver con el significado de las palabras, y por tanto se remite al léxico. Y los extrínsecos, los cuales sirven de garante del encadenamiento entre los dos enunciados al proporcionar un nexo con arreglo a una ética de lo posible en función de un determinado contexto social (logos). Las relaciones p1 y p2 la articula el topoi semánticamente ya que dispone objetos ya creados. A este respaldo o garantía del paso del argumento a la conclusión se llamará topos.
El enfoque teórico de O. Ducrot descansa sobre el supuesto de que hay secuencias discursivas (los llamados encadenamientos) cuya articulación no puede ser prevista sobre la sola base de los contenidos llamados informativos.
“Lo cual implica que la interpretación (…) recurre a un principio ideológico implícito. (…) Son principios ideológicos, compartidos por una comunidad lingüística más o menos extensa, y que si bien sirven para la construcción arbitraria de representaciones ideológicas, se presentan como si fueran exteriores al locutor. (…) El topos construye el microsistema argumento/conclusión a la vez que enuncia el paso de uno a otro. Por eso se presenta como el alargamiento, la expansión discursiva de un punto de vista, y no como la evolución ordenada de una cadena lógica.” (12)
En conclusión, el encadenamiento o conexión entre dos proposiciones se basa en la existencia de un lugar común, y la utilización de este soporte siempre se realiza en arreglo a un cálculo que el enunciador establece en función de su propio contexto social. Por tanto, el sentido de un enunciado solo es identificable, no a partir de la superficie textual, a partir del “cálculo” que los enunciados deben realizar en arreglo de cánones axiológicos arraigados en el contexto social.
Por otra parte, reconocemos junto con Bruxelles que, “la teoría de la argumentación en la lengua ha redefinido la noción aristotélica de topos extendida al léxico de la idea de valor argumentativo”. Puesto que nos ayuda a esbozar una definición inicial (…) “al tomar prestado el término topos de Aristóteles, la teoría de los topoi retoma a su vez algunos de los rasgos de la definición aristotélica: Se trata de una forma proposicional destinada a la argumentación; Esta forma tiene por propiedad constitutiva su banalidad; y, Se trata de una forma abstracta, un esquema susceptible de manifestarse bajo varias formas empíricas.” (13)
Sin embargo, nuestro planeamiento se procuró describir el rol que cumple la categoría retórica clásica de ‘Tópica’ de Aristóteles en la dinámica intertextual del discurso. Como se definirá a continuación, la noción tópica cumple la función de proporcionar apoyo o soporte en el entramado argumental propio de cada macroestructura, que se va levantando en cada una de las porciones superestructurales.
El enfoque utilizado permitió identificar al topoi como un elemento del sistema de la lengua, que forma parte de la competencia de todos los locutores; por tanto, distribuido y compartido a través de procesos de socialización. Entendiendo Socialización como: “la adquisición de la gramática de los juegos del lenguaje.” (14)
En este sentido, al aprender una lengua no solo se aprende un repertorio de pautas comunicativas, sino que en aquella “adquisición de determinadas reglas de juego de lenguaje” se interioriza, también, un determinado sistema de valores que unidad comunicativa contenida en un contexto establece mecanismos de representación de la realidad.
Para identificar el sentido y la importancia del Topoi hemos decidido tomar como punto de arranque el conceptos de Logos. En virtud de que este concepto establece el borde o límite de aquello que consideramos como: lo occidental.
Logo (del verbo lese) es “cosecha”, en donde “el significado originario de Logos es, como subrayó Heidegger, leer, es decir, juntar, reunir la ‘Lese’, la cosecha, la recolección”(15). Logos como origen de la verdad contenida en un sistema alocutorio. Logos dentro del cual los objetos se nos presentan y hacen posible la experiencia y la verdad como correspondencia. Cuyas funciones principales son: dar sentido y, ordenar objetos. Es decir, permite reunir elementos para dar sentido con intencionalidad en arreglo a un contexto.
El logos como verbo que es, ordena los objetos del mundo, pero también nos ordena a nosotros en aquel mundo. El topoi, por tanto, es la expresión del logos. El topoi es la manifestación del logos. Ya que, nos permite reunir figuras y objetos pre-existentes en el logos. Para así, reactualizar o concretizar signos de valía universal. De ahí el intertexto como una marca de coherencia social.
El sentido fija el logos con fuerza irresistible y, al determinar el sentido, establece, lo que en adelante se considerará como eje valórico. Estos valores establecen el criterio de variación de disposición de los objetos en arreglo cultural. Y, por tanto, este sistema valórico proporciona el sentido de la acción social. Y prueba de ello es que el Logos, como dador de sentido en arreglo a sistemas de valores tiene una marca en el texto: el topoi.
El topoi está en la base de toda argumentación, es manifiesto en tanto representa el trazo (15). Y la línea se transforma en sentido, en otras palabras: crea rúbricas, agrupa, inventariado y, tiene la función de depósito o reserva en tanto es una estructura ausente (soporta la estructura formal); pero, además, es una tejné y puede ser adquirida.
Topoi es la marca sistema de valores que se objetiva en el relato. Permite la credibilidad y arma la coherencia semántica. La función del intertexto es recuperar contextos; establecer vínculos; producir textos de textos; y permite asumir una realidad intersubjetiva.
El topos da coherencia porque es una agrupación de referencias que nos permiten el reconocimiento de mecanismos que hacen posible la argumentación en arreglo al sistema cultural. Además, permite la articulación del intertexto, ya que hay un efecto aglutinante entre la llamada realidad social y una estructura ausente.
El topoi es, entonces, el resultado de la objetivación del sistema de valores. Topoi es la marca de la presencia de los valores. Ya que permiten el anclaje de y internalización de este a través de la socialización. Esta concepción de topoi nos permite develar el fondo desde el cual se proyecta el discurso, pues en este se expresa/exterioriza el sistema de valores que se objetivan en el topoi cuya función como elemento aglutinante se reconoce como marca de coherencia textual, puesto que “da la razón”, es decir: avala, respalda y, refuerza. Soportan a los sistemas argumentales.
En los actos de habla se proyectan valores a través del empleo discursivo de topoi-patrones, moldes generales de razonamiento de base cultural que sirven de soporte de verosimilitud a las premisas generales en el andamiaje discursivo. Estas no son disputables, sino aceptados culturalmente.
El discurso estratégico se vale de estas macro-reglas (Intencionalidad, Reciprocidad, Identidad, Estabilidad, y Pertenencia) en un determinado discurso, por tanto, podemos reconocer estas marcas de topoi en el sujeto, identificando el lugar desde donde nos habla.
Un discurso estratégico aprovecha el topoi, ya que se sirve de representaciones ideológicas que están fuera del sujeto, “…lo bien sabido” que certifica la opinión. En suma, se argumenta solo cuando albergamos un topoi. Este modelo de análisis nos permitiría identificar determinados tipos de estructuras argumentativas expresan tipos de Competencias retóricas que el sujeto lingüístico puede poner en juego en cualquier tipo de discurso.
En resumen, podemos señalar que como resultado de esta investigación nos permitió identificar diez propiedades genéricas de los topoi: 1) El topoi es una de las manifestaciones del logos; 2) El logos se manifiesta a través de topoi; 3) Es de naturaleza ideológica; 4) Puede expresarse proposicionalmente; 5) Es compartido y legitimada socialmente; 6) Es un elemento del sistema de la lengua, que forma parte de la competencia de una comunidad de hablantes; 7) Constituye un microsistema argumental en sí mismo; 8) Contribuye a la credibilidad y la verosimilitud del discurso; 9) Es parte del proceso de socialización y, por tanto, de la gramática; y, 10) Supone competencia intertextual.
Del mismo modo podemos concluir que como hallazgo de esta investigación identificamos cuatro funciones genéricas del topoi: a) Vincula unidades pre-existentes en el logos; b) Objetiva el sistema de valores en el discurso; c) Contribuye a la coherencia semántica (avala, respalda y, refuerza); y, d) Tiene una función aglutinante proposicional en tanto operador.
(1) Aristóteles, “Tratados de lógica (Organon)”, Biblioteca Clásica Gredos nº 51, Ed. Gredos, pp. 89-90.
(4) Mortara señala que: “Cicerón simplificó la formulación aristotélica de la materia dialéctica, la reelaboró en términos jurídicos y compuso un prontuario de sugerencias argumentativas y de consejos teórico-prácticos. “Manual de Retórica”, Ed. Cátedra, 2000, p. 93.
(5) Atienza, M., “Las razones del derecho - Teorías de la argumentación jurídica”, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, p.33.
(6) Atienza, M., Ibíd., p.34.
(7) “Una proposición dialéctica es una pregunta plausible, bien para todos, bien para la mayoría, bien para todos los sabios, siempre que no sea contrario a las opiniones de la mayoría (…) pues todas estas cosas parecen ser semejantes y homogéneas”, Aristóteles, Ibíd. p.105.
(11) Anscombre, J.C., “La théorie des topoï: semántique ou rhétorique?”, Hermès 15, 1995, CNRS, Université de Paris VIII.
(13) Bruxelles, S., y de Chanay, H., “Acerca de la teoría de los topoi: Estado de la cuestión”, Escritos, Revista del Centro de Ciencias del Lenguaje, Número 17-18, Enero-Diciembre de 1998, pp. 349-383.
(14) Prado, P., “Juegos de lenguaje y teoría de la comunicación, notas de Wittgenstien y Habermas” compilado en el libro “Teoría política y comunicación”, Ed. Gedisa, Barcelona, 2001, p.189.
(15) Gadamer, H., “El giro hermenéutico”, Ed. Cátedra, Madrid, p. 98.
(16) ¿Cuándo un trazo se transforma se en dibujo?
19:10 Anotado en Tópica | Permalink | Comentarios (1) | Tags: topoi