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08.06.2005

CONTACTO:

CÁTEDRA UNESCO en EDUCACIÓN (UAM)

UNIVERSIDAD DE LA SERENA

Centro de Lenguaje

Sebastián Rossel

Chile

E-MAIL:

srossel@userena.cl

napellus@gmail.com

metodologia@hotmail.com

Otros Blog:

http://semiologiadelacultura.blogspot.cl

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http://deepistemologiaymetodologia.blogspot.cl

Episteme (Επιστημη) “es el conjunto de relaciones que pueden unir en una época determinada, las prácticas discursivas que originan ciertas figuras epistemológicas. La episteme no constituye un conocimiento ni una forma de racionalidad, ni se orienta a construir un sistema de postulados y axiomas, sino que se propone recorrer un campo ilimitado de relaciones, recurrencias, continuidades, y discontinuidades.

Por el contrario, un dispositivo "...designa a todas aquellas instancias, no-discursivas en un sentido lexical y textual, que no pueden ser analizadas ni investigadas a partir de una episteme o de un mero análisis discursivo. El dispositivo se refiere al conjunto de todas aquellas instancias extra-discursivas que emergen a partir de cierto régimen de concomitancia y proximidad con el discurso que las condiciona y de las cuales depende su funcionamiento”.

Albano, S., “Michel Foucault - Glosario epistemológico”, Ed. Quadrata, Buenos Aires, 2004, p. 83. 

Episteme es “la suma o conjunto de saberes y categorías objetivas que determinan la apertura y cierre de los conocimientos, conforme a un régimen de aparición, permanencia, vecindad, analogías, diferencias... Estas epistemes no responden a una periodización histórica, sino que su criterio de demarcación se basa en la serie de procesos discursivos que tienen lugar en su interior, y que bajo su efecto, condicionan la aparición, emergencia, y caducidad de ciertos objetos y enunciados ”.

Albano, S., “Michel Foucault – Glosario de aplicaciones”, Ed. Quadrata, Buenos Aires, 2004, p. 136. 

En “Las palabras y las cosas” Foucault señala, que “la gramática de los seres es su exégesis", queriendo decir con ello que, el lenguaje, el discurso, y los códigos son las estructuras en la cual pensamos las cosas. Por tanto, la episteme no es posible sino como una experiencia del lenguaje, expresada en lenguaje y en el orden de las cosas en el que su orden arbitrario dice existir. Foucault buscó un orden en el espacio-temporal delimitado de la cultura que permitía la emergencia y acceso a la palabra en un espacio contextual delimitado. El mundo tal como lo conocemos es, entonces, textualidad; sino escritura.

Episteme es el saber del código fundamental de una cultura se ubica, de acuerdo al método arqueológico, en las certezas y no en la doxa. Los códigos cubren una gama muy amplia de saberes de una época, muchas de ellas no científicas. El método arqueológico, utilizado por Foucault, señala que el código de la cultura sólo nos es accesible a través del estudio del lenguaje y de los discursos, por lo cual nuestro interés es disponer de un método discursivo y operar en el lenguaje.

"Episteme. Condición de posibilidad de los saberes de una época determinada. Estructura las reglas de formación de saberes diversos entre los cuales se producen unos isomorfismos propios de cada episteme e incompatibles entre sí. Segmentan el tiempo histórico en tres a prioris diversos entre los cuales no hay leyes de transformación o tránsito: los cambios de una episteme a otra, época clásica, renacimiento, modernidad" como lo señala Julián Sauquillo en "Para leer a Foucault" de Alianza Editorial S.A., Madrid, 2001, p. 181.

Debemos diferenciar episteme con epistemología, ya que la actividad de esta última se preocupa de establecer criterios de verdad. Ámbito en el cual la epistemología es entendida como “el análisis de los fundamentos de la validez de los conocimientos”. Giner, S. y Lamo de Espinosa, E. y, Torres, C. Diccionario de Sociología, Ed. Alianza, 1998, p. 247.

En este sentido, "...la delimitación de Aristóteles entre saber moral de la phrónesis y el saber teórico de la episteme es bien sencilla, sobretodo si se tiene en cuenta que para los griegos la ciencia paradigmática son las matemáticas, un saber de lo inalterable que reposa sobre la demostración y que en consecuencia cualquiera puede aprender. Es verdad que una hermenéutica espiritual-científica no tendría nada que aprender de ésta delimitación del saber moral frente a un saber como la matemática.

Por el contrario, frente a esta ciencia teórica las ciencias del espíritu forman parte más bien del saber moral. Son ciencias morales. Su objeto es el hombre y de lo que éste sabe de sí mismo. Ahora bien, éste se sabe a sí mismo no pretende comprobar lo que es. El que actúa trata más bien con cosas que no siempre son como son, sino que pueden ser también  distintas. En ellas descubre en qué punto puede intervenir su actuación; su saber debe dirigir su hacer".

        Gadamer, H. G., "Verdad y método", tomo I, 8ª edición, Ed. Sígueme, Salamanca, 1999, pp. 385-386.

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"Sabemos por Aristóteles que el término griego ciencia, episteme, significa conocimiento racional. Esto implica que Aristóteles se inspira en la matemática y, en rigor, se desentiende de la experiencia. Por eso la ciencia moderna tiene su correspondencia menos en el concepto griego de ciencia, episteme, que en el concepto de tejne... el saber práctico es en realidad el que asigna su lugar a cualquier competencia técnica basada en las ciencias", p. 29.

"Pero no es solo el legado del humanismo estético lo que viene a engrosar la problemática de la hermeneútica, sino también el legado de la antigua scientia practica. Esta se perfiló en el esquema originario de la ética y la política aristotélica, frente al concepto de ciencia de la antigua episteme (concepto al que sólo se ajusta la matemática dentro de lo que hoy se llama ciencia), como otro modo de saber (allo eidos gnoseos); pero posee además su propia legitimidad -olvidada por la conciencia general- frente al concepto moderno de ciencia y su versión técnica".

Gadamer, H. G. "Verdad y método", tomo II, 3ª edición, Ed. Sígueme, Salamanca, 1998, p. 370. 

Finalmente, cabe destacar la mención que realiza Greimas y Courtés en su Diccionario Razonado de la Teoría del Lenguaje, quienes señalan que: "La noción de episteme admite, por lo menos, dos definiciones posibles. Por una parte, puede designarse con el nombre de episteme a la organización jerárquica (situada en el nivel de las estructuras semióticas profundas) de varios sistemas semióticos, capaces de generar -con ayuda de una combinatoria y de las reglas restrictivas de incompatibilidad- el conjunto de las manifestaciones (realizadas y posibles)  comprendidas por estos sistemas en una cultura dada; una nueva serie de reglas de restricción  debe permitir limitar la manifestación a las estructuras de superficie efectivamente realizadas(...) Pero, igualmente, definirse la episteme como una metasemiótica de la cultura, es decir, como actitud que una continuidad sociocultural adopta con relación a sus propios signos". Greimas, A. J. y Courtés J., "Semiótica",  Ed. Gredos, Madrid, pp. 148-149.

epistemesEpisteme es un marco de principios subyacentes  que determinan el saber de una época; es el código de los principios del saber de una cultura. Son las certidumbres en que nos apoyamos aún si no las pensamos temáticamente, es el fondo no-pensado del pensamiento que pensamos, hablamos y experimentamos las cosas.

Episteme es el saber del código fundamental de una cultura: se ubica- en el método arqueológico- en las certezas y no en la opinión (doxa). Los códigos irrumpen y desaparecen en forma continua- y discontinua- entre códigos- la continuidad perdura, la discontinuidad es radical; razón por la cual los códigos cubren un espectro muy amplio de saberes epocales, muchos de ellos no necesariamente científicos.

En resumen, el lenguaje, el discurso, y el código es la rejilla a través del cual pensamos las cosas y fuera de las cuales no nos son accesibles. Esto quiere decir que la episteme misma  solo es posible como una experiencia del lenguaje y en el orden de las cosas en el que dice ser. Luego argumentaremos, por qué "la razón es un orden absoluto". Entonces, concluimos nuestro saber se articula en el discurso y, por tanto, nuestras ciencias son un discurso. 

00:05 Anotado en Ciencias Sociales | Permalink | Comentarios (7) | Tags: epistemes

06.06.2005

PROLEGÓMENOS

Desde las ciencias sociales asumimos como supuesto que el ser humano es un ser gregario y generador de cultura. Así, cultura se opone al término naturaleza. Queriendo decir con esto, que hombres y mujeres viven en la naturaleza pero no disponen del repertorio para subsistir, por tanto sobre la base del conocer y el hacer se permiten adaptarse mediante criterios técnicos, cuya práctica posibilitan las relaciones humanas mediante procesos de alteridad y entendimiento intersubjetivo.

Notemos, el componente interesado de nuestro conocimiento. El saber se vuelve práctico, ya que las orientaciones básicas de nuestra racionalidad son técnicas y morales. El niño/a nace a una realidad que le será sui generis, él/ella sale de un medio totalizador, un todo en el cual no hay sujeto ni objeto pues en el vientre materno vive en una experiencia que Montevechio califica como "oceánica", en tanto ahí solo habría placer.

Sin embargo, al nacer, se nace desde un mundo en donde todo-es-placer hacia un medio en donde todo-es-carencia, y todo-es-necesidad; y por tanto, el sujeto debe concretizarse, debe convertirse en individuo para poder satisfacer sus necesidades que en principio son ilimitadas. En adelante, debe aprender a postergar el placer, fortalecer la toleracia a la frustración; más tarde, resiliencia.

Como consecuencia de ello todo se vuelve producto cultural ya que, en adelante, se cuenta de una teoría del conocimiento. Si el ser premoderno se estructuraba de modo ontológico, con la aparición de la teoría del conocimiento se inicia un período denominado epistemológico impulsado por un nuevo sujeto dotando de capacidad crítica, autonomía y, racionalidad (Weber).

En el siglo XX es cuando se inicia una crítica del discurso o crítica a la sociedad. Para los críticos de la modernidad las debilidades del proyecto emancipatorio son evidentes, pero valoran la razón en tanto involucra tanto procesos psíquicos y conciencia de lo dado (positum). Según Foucault, Nietzsche, Marx y Freud fundan un nuevo tipo de interpretación que nos pone en presencia de técnicas interpretativas.

La nueva interpretación cuestiona al interprete. De este modo, realizan un análisis científico y crítico de la racionalidad moderna, notando que las promesas del discurso ilustrado no se están cumpliendo, develando la existencia del discurso ideológico. Queriendo decir con ésto que la ideología ocultaba las contradicciones del modelo.

La hipótesis planteada señala que según el tipo de conocimiento determina el tipo de sociedad; de modo que las formas de vida social estarían asociadas a ciertos tipos de conocimientos, especificando un estilo de vida y caracterizando valores dominantes.

En este contexto, el poder es la capacidad de realización de valores que nos permitan desarrollarnos personalmente. Nos referimos a capacidades, facultades cognitivas, afectivas y estéticas. El poder de construir nuestra propia existencia.

Se parte del supuesto de que en el seno de la cultura clásica todos las personas poseemos una firme homogeneidad y la misma admiración por las reglas, los modelos, las imágenes, entre otras, estableciendo códigos comunes que permiten asociar el sentido de las palabras, a los eventos, y ante todo asegurar que transmita esta cultura, que es la función del contenido de la comunicación[1]. De éste modo “el campo cultural”[2] se transforma por reestructuraciones sucesivas más que por revoluciones radicales.

El enfoque tardomoderno se presenta desde un punto de vista perspectivístico (Scopus sum) como una herramienta en tanto nos permite interpretar el código que toda cultura posee. En consecuencia, si la verdad es argumentativa, lo real es perspectiva.

Notas
[1]También llamada “espíritu de época” o “visión unitaria del mundo”.
[2]Cultura no es solamente un código ni un repertorio común de respuestas. Es un conjunto compartido de esquemas fundamentales, a partir de los cuales se articulan una serie de esquemas particulares, más tarde Epistemes.

23:50 Anotado en Ciencias Sociales | Permalink | Comentarios (0) | Tags: epistemes

12.05.2005

CONCEPTOS FUNDAMENTALES

EPISTEMOLOGÍA

Disciplina o rama de la filosofía que estudia los problemas del conocimiento, principalmente los de su origen, valor y límites. Etimológicamente significa «estudio del conocimiento», o «estudio de la ciencia»; llamada también “teoría del conocimiento”. Así se usa modernamente desde finales del s. XIX remplazando al concepto más antiguo de gnoseología (filosofía del conocimiento). Recientemente se le atribuye la función de ocuparse de la ciencia y del conocimiento científico y entonces se identifica con la “filosofía de la ciencia”.

La epistemología  consiste en el estudio crítico de las condiciones de posibilidad del conocimiento humano. La epistemología se ocupa de responder a cuestiones como: ¿En qué consiste conocer?, ¿Qué podemos conocer? y, ¿Cómo sabemos que lo que conocemos acerca del mundo es verdadero? Ante estas preguntas se han dado a lo largo de la historia de la filosofía dos grandes corrientes:

El racionalismo, que privilegia la razón frente a los sentidos y otorga un carácter dogmático a nuestro conocimiento y el empirismo, que privilegia los sentidos y le otorga un valor relativo. Fueron racionalistas Platón, Descartes, y empirista Hume.

Aristóteles y Kant mantienen posturas de mayor equilibrio. El racionalismo y el empirismo suelen emparejarse respectivamente con las posturas ontológicas idealista (la realidad es una proyección del conocimiento) y realista (el conocimiento es un reflejo de la realidad).

El conocimiento es una relación entre un sujeto y un objeto. No hay lo uno sin lo otro y, además la presencia de uno supone la del otro. Pero son independientes. Para nosotros el mundo, las cosas, son siempre algo presente en la mente pero además esas cosas están, o al menos parece ser que deben estar, fuera de ella. Ahora bien, o nos las apropiamos espiritualmente al conocerlas porque están ahí o proyectamos el conocimiento que tenemos de ellas sobre el mundo y les damos así existencia independiente.

Este es el problema del realismo/idealismo  que a su vez va relacionado con el problema del origen y fuentes del conocimiento y las posturas del racionalismo/empirismo. Si lo primero es la realidad parece ser que la puerta de entrada a la mente son los sentidos. Si, al contrario, primero se da la idea y luego la realidad priorizamos la razón frente a los sentidos.

El realismo sostiene la existencia independiente de las cosas, aunque no sean conocidas. El idealismo sostiene que no existen otros objetos o cosas que los contenidos de la propia conciencia: idea, vivencias, sentimientos, percepciones, o los llamados objetos ideales, (las entidades matemáticas, y las conciencias -incluida la de Dios- que los piensan). El empirismo defiende que las ideas son copias de las impresiones y por tanto limitadas y relativas. El racionalismo que las ideas son innatas y a continuación afirma dogmáticamente que les corresponde una realidad apropiada en el mundo de los sentidos.

Con Heráclito y Parménides se inician los planteamientos epistemológicos. A Heráclito se le puede atribuir cierto empirismo que funda el conocimiento de la naturaleza en lo que aparece a los sentidos (lo múltiple), aunque admite al mismo tiempo el conocimiento del logos oculto (lo uno) que está más allá de ellos. Parménides adopta claramente una postura racionalista que le hace rechazar el conocimiento de lo múltiple y mutable, las cosas tal como aparecen a los sentidos engañosos, para aceptar sólo el conocimiento de lo que es uno e inmutable, comprensible sólo al entendimiento.

Los sofistas se inclinan por el escepticismo, el convencionalismo y el relativismo. Sócrates representa la universalidad de la razón y del concepto. Platón transforma ese intelectualismo en idealismo (las ideas antes que formas universales en nuestra mente son realidades espirituales independientes) e innatismo (el conocimiento consiste en recordar las ideas en un ascenso purificatorio del cuerpo). Aristóteles interpreta el conocimiento de manera empírica formulando un realismo que suele llamarse moderado: El conocimiento es un proceso de abstracción que comienza en los sentidos. La forma o idea no preexiste sino que se extrae a partir de la imagen común que nos proporcionan.

Sto.Tomás añade al proceso del conocimiento un retorno al objeto singular para reconocer en concreto las cosas. Tal matización viene requerida por la división entre esencia o idea, y existencia o concreción individual del ser dada por Dios en la Creación.

La principal cuestión epistemológica de la Edad Media la constituye la denominada disputa de los universales: ¿Las ideas abstractas existen solo en la mente o son realidades tal cuales?. El nominalismo es la gran aportación medieval a la teoría del conocimiento: los conceptos universales son nombres o signos convencionales vacíos que sólo sirven para designar lo común a varios individuos. El conocimiento es siempre concreto, intuición directa del ente o cosa singular.

En la Modernidad el problema del conocimiento ocupa un lugar prioritario. Dos posturas se contraponen: el racionalismo (Descartes…) y el empirismo (Hume…). El primero pretende un conocimiento exacto a partir de una evidencia y sirviéndose de la deducción llegar matemáticamente a demostrar todas las demás verdades. El punto de partida es el “cogito ergo sum”.

A partir de las ideas innatas y en especial de la de Dios se deduce la existencia del mundo y de la verdad, dando lugar a una postura dogmática. En el empirismo todo conocimiento viene de los sentidos. Las ideas son copias de las impresiones y nada nos puede certificar que respondan a las cosas. El conocimiento es así relativo y no nos proporciona certeza. Sólo caben generalizaciones de la experiencia basadas en la costumbre.

Kant lleva a cabo la síntesis de estas dos posturas mediante un giro “copernicano”: es el sujeto el que determina al objeto y no a la inversa. Las intuiciones sin conceptos son ciegas, los conceptos sin intuiciones están vacíos. Sólo podemos conocer a partir de los sentidos pero este conocimiento adquiere universalidad y necesidad gracias a las estructuras aprióricas del sujeto. Por esta razón, Kant es un autor decisivo en las cuestiones epistemológicas.

Marx entiende el conocimiento vinculado a la praxis. Analizando socialmente la realidad observamos que la ideología o conjunto de ideas con que nos la representamos es una falsificación encubridora. La visión materialista de la historia y su praxis consiguiente, la lucha de clases, recuperará una visión lúcida y reintegrará la desigualdad social.

En Nietzsche el conocimiento es valor para la vida. Voluntad (Wille) de poderío frente al nihilismo o negación del mundo por parte de la filosofía y la moral y sustituirlo por juicios que favorezcan la vida.

METAFÍSICA

Disciplina o parte de la Filosofía que estudia el ser, el concepto más fundamental y general que puede pensar el entendimiento humano. En este sentido se identifica con la ontología.

En Aristóteles reciben este nombre los libros puestos después de los tratados de física. La tradición ha interpretado el hecho de ir después «metá» de la física, en el sentido de un saber que va “más allá de la física”, o del conocimiento de la naturaleza, en busca de principios y conceptos que puedan explicar radical y abstractamente la realidad.

El principal problema de la Metafísica es su naturaleza como ciencia. Ese dirigirse hacia en un mundo más allá de lo sensible. En las épocas clásica y medieval ya desde Aristóteles se le consideró como “filosofía primera”, núcleo fundamental para las otras ramas de la filosofía. Sin embargo Kant niega su posibilidad al considerar que no puede contrastar sus enunciados; no se basa en la experiencia sensible. Por semejante motivo está desprestigiada en la filosofía contemporánea al constatar que sus enunciados no son verificables.

Referencia de las clases La metafísica clásica trata de hallar una explicación última de la realidad recurriendo a principios que están más allá del mundo de la experiencia. El primero en iniciar explícitamente esta tradición es Platón. La verdadera realidad son las ideas; por la mediación del demiurgo se constituye las realidades sensibles como copias e imágenes semejantes a las ideas. A partir de aquí se produce el desdoblamiento al que recurre el pensamiento filosófico tradicional -desde Parménides hasta Hegel- para explicar la experiencia inmediata por un principio trascendente, que está más allá de ella.

Aristóteles trata de reunificar las esencias o ideas platónica integrándolas en las cosas sensibles constituyendo así las sustancias o realidades múltiples compuestas de materia y forma y regidas por las cuatro causas. La sustancia es además cambiante en la medida que se constituye al pasar de la potencia al acto.

Esta consideración metafísica del mundo natural, es recogida por la escolástica medieval (Tomás de Aquino) que la fundamente en el concepto de Dios o Ser Supremo subsistente de por sí. Todas las cosas tienen su existencia por la Creación de Dios con quien guardan una relación de analogía.

El racionalismo de Descartes establece tres grandes realidades metafísicas o sustancias. Dios, mundo, yo. Entre estos dos últimos se da una correspondencia perfecta garantizada por Dios. Hume sin embargo en una dirección opuesta niega la existencia de estas sustancias “metafísicas” reduciendo la realidad a síntesis de impresiones

Kant plantea por vez primera la cuestión de que la metafísica parece ser una empresa a la vez necesaria e imposible para la razón, y se decide analizar sus límites y posibilidades en la Crítica de la Razón Pura. El resultado es la negación de la posibilidad de la metafísica como ciencia. Los objetos tradicionales de la metafísica, Dios, mundo y yo son, desde el punto de vista del conocimiento, sólo ideas reguladoras del pensamiento y postulados de la razón práctica.

La filosofía de Nietzsche es una descalificación global de la metafísica. Es fruto del resentimiento moral al no tener valor para afrontar la vida con riesgo y pasión y refugiarse en construcciones racionales que compensen nuestra frustración. La metafísica desdobló el mundo verdadero de la sensibilidad en otro aparente de carácter racional y vacío (nihilismo)

ÉTICA

Disciplina o parte de la filosofía cuyo objeto de estudio es la moral. Por moral hay que entender el conjunto de normas o costumbres (mores) que rigen la conducta de una persona. La ética es la reflexión racional sobre qué se entiende por conducta buena, cual es el fundamento de esa bondad y en qué consisten los juicios que la formulan.

La ética se apoya en un análisis racional de la conducta moral, reconoce su diversidad y se preocupa de su fundamentación y crítica. En resumen, la ética es la ciencia de la moral. El principal problema ético consiste en saber qué es lo bueno. Las respuestas más notables han sido el eudemonismo de Aristóteles reformulado luego por Sto. Tomás, el Epicureismo, el Emotivismo moral de Hume, las éticas formales de Kant o Sartre, y las concepciones críticas de Marx, Nietzsche o Freud.

En Platón la moral es sabiduría, purificación y ascenso hacia el Bien en sí. Los valores morales son universales y absolutos al pertenecer al mundo de las ideas presidido por el mismo Bien. Para Aristóteles el bien no es algo en sí y separado; está inscrito en cada sustancia como fin suyo. La felicidad, eudaimonía, es el fin de la vida, y no puede consistir más que en una actividad del alma, por lo que la felicidad perfecta ha de consistir en la actividad «más excelente»: la vida de la mente.

Esa felicidad no obstante debe acompañarse de la realización de las otras facultades y necesidades del hombre buscando siempre el término medio. En él está la virtud que por otra parte se define como hábito o disposición adquirida.

En el epicureismo el bien se identifica con el placer asumido de forma moderada y medida para que sea más duradero y estable. En el estoicismo el bien y la felicidad radican en el sometimiento al destino y la serenidad interior. Ambas son éticas del desencanto cívico.

La ética escolástica cristiana se basa en el amor. Su fundamento último es la ley natural infundida por Dios en la creación. Dios es el fín último y la felicidad la identificación con El y su modo de ser que se plasma en la ley eterna. Tanto el Aristotelismo como la Escolástica son ejemplos de éticas materiales y teleológicas.

La ética kantiana es sin embargo modelo de las teorías deontológicas. La razón práctica se impone a sí misma mediante el imperativo categórico formal: «obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal» actuar por cumplir el deber. A esta ética la llama Kant «formal» y «autónoma», mientras que considera que las restantes son «materiales» y «heterónomas», por cuanto en ellas la voluntad humana se determina a obrar por motivos prácticos.

El utilitarismo, define el bien como utilidad, y ésta, como «el mayor bien para el mayor número posible de personas», para lo que es necesario, mediante el cálculo utilitarista valorar la cantidad de placer y de dolor, de felicidad e infelicidad, de satisfacción e insatisfacción en la mayoría de la ciudadanía.

ESTÉTICA

Disciplina o parte de la filosofía que tiene por objeto de estudio la belleza en general y, de un modo especial, las condiciones con las que se percibe y crea lo bello, y los criterios con que se valora.

En la actualidad, incluye el estudio de los diversos fenómenos estéticos, como obras de arte, el sentimiento estético, la actitud y la valoración estética; es la teoría o filosofía del arte. Las principales teoría estéticas son las de:

En Platón, la belleza se identifica con el Bien y el arte es una copia de la naturaleza que a su vez es copia de las Ideas

Por el contrario, durante el Renacimiento, el desprecio a lo sensible y mundano de la Edad Media se inicia en esta época la revalorización de la naturaleza y la sensualidad.

Baumgarten (época moderna) introduce el término “estética”, indicando con él un tipo de experiencia o conocimiento “sensible y oscuro” frente a la claridad de la lógica. Finalmente, Kant considera que lo bello es lo que suscita en nosotros una actitud de desinterés.

Las primeras teorías estéticas, arrancan de Platón y Aristóteles. En ambos, la naturaleza de lo bello y de las artes se trata por separado, sin vincular la belleza con el arte, y relegando a un segundo plano la vivencia placentera que produce el arte. En Platón, lo bello se identifica con lo bueno, y bello es lo que es bueno para el individuo y el Estado, mientras que a las obras de arte o a las artes propiamente dichas las consideraba -por razón de la teoría de las ideas- una mera imitación de una imitación. Para Aristóteles, el arte es un saber productivo. Trata más del arte que de lo bello, que ya no se identifica idealmente con lo bueno; la belleza pertenece a la forma.

La exaltación estética del Renacimiento, ve en el arte, sobre todo en la pintura, una ventana abierta a la contemplación de la naturaleza, y entiende lo bello como la conciencia de la armonía que en ella existe.

La estética moderna nace con la obra Aesthetica de A.G. Baumgarten, filósofo racionalista, discípulo de Ch. Wolff, quien hacia 1750 introduce este término para aplicarlo a una rama de la filosofía, «hermana menor de la lógica», que estudiará no el conocimiento claro y distinto, propio de esta última, sino el conocimiento sensible y «oscuro». La belleza es ya la perfección sensible abandonando el enfoque metafísico propio de la filosofía clásica y medieval

Kant estudia en su Crítica del Juicio (1790) los juicios estéticos que denomina juicios del gusto. Lo propio de la valoración o juicio estético es su carácter desinteresado. El valor estético se produce cuando se contempla una obra con desinterés no por el contenido de lo que se contempla. En la “Crítica de la Razón pura” se denomina estética al estudio de las condiciones aprióricas de la sensibilidad.

A partir de los siglos XIX y XX la estética se entiende tanto como análisis del sentimiento estético como filosofía de las bellas artes.

SOCIOLOGÍA

Disciplina o ciencia que tiene como objeto de estudio los hechos sociales y las leyes que los rigen. La sociología analiza la estructura social y sus grupos; la relación individuo-sociedad; la estratificación, movilidad y el cambio social; la autoridad, el origen del poder y la constitución de la sociedad civil, y las diferentes teorías que los interpretan.

Sociólogos destacados fueron Augusto Comte quien la independizó de la filosofía considerándola una “ingeniería o física social”; Durkheim quien señaló los “hechos sociales” empíricos como su objeto de estudio propio y, por tanto, deben ser tratados como cosas; Weber destacó el carácter intencional de estos hechos y, por tanto, la necesidad de “comprenderlos” y no solo describirlos. El materialismo histórico de Marx puede considerarse como una sociología de la “praxis”.

La sociología se inicia como ciencia empírica independiente con Augusto Comte quien la llama también “física social”. Después recibe claras influencias del evolucionismo y del darvinismo y se apoya en el modelo biológico para desarrollar una concepción organicista de la vida social. La sociedad humana es un organismo real (Herbert Spencer).

Durante el siglo XIX proliferan en Europa las encuestas de carácter social y los estudios monográficos que investigan la situación de crisis por la transición a la era industrial y las revoluciones sociales. Del fondo de estas investigaciones sociológicas descriptivas, surge la primera tendencia sociológica científica: Émile Durkheim, quien identifica el “hecho social” como el objeto propio de estudio. La sociología adquiere así un carácter preferentemente descriptivo y explicativo de los hechos sociales.

Max Weber, señala en Alemania el comienzo de una «sociología comprensiva». El objetivo de la sociología es la comprensión de la acción social, esto es, aquellos hechos producidos por la actividad humana en los que es esencial la intencionalidad. A estos hechos sociales, no se accede si no es a través de la comprensión, única manera de captar, no sus leyes, sino su sentido.

El marxismo interpreta la realidad social desde el materialismo histórico. La sociología es, en este caso, el mismo marxismo que interpreta la historia como una lucha de clases. La organización social, depende directamente de las relaciones de producción propias de cada época;. Tales relaciones son conflictivas por naturaleza y conducen a la revolución y la igualdad.

En Norteamérica el centro impulsor de las investigaciones sociológicas americanas es la “escuela de Chicago” que desarrolla una sociología eminentemente urbana caracterizada por una orientación empírico funcionalista, y la adopción de una metodología basada en la observación y la historia de casos. Además de la utilización de teorías de alcance medio.

FUNCIÓN

Concepto referido a las consecuencias objetivas observables de los fenómenos sociales. En un nivel más amplio, función se refiere a la contribución de cualquier punto social o cultural para la supervivencia, persistencia, integración o estabilidad de la sociedad como un todo.

SEMIÓTICA

Teoría general de los signos. Palabra acuñada por C. S. Pierce fundador de la lógica matemática.; acentúa la función lógica del signo. Para Umberto Eco se ocupa de cualquier cosa que pueda considerarse como signo y es la disciplina que estudia "todo lo que puede usarse para mentir".

SEMIOLOGÍA

Normalmente entendida como sinónimo de semiótica, privilegia la función social del signo.

IDEALISMO

Escuela o corriente filosófica que sostiene que el ser, lo que existe, es en primer lugar la idea bien como realidad inmaterial o en nuestro pensamiento o en Dios y que a partir de ella se constituye o afirma la realidad.

Ontológicamente por tanto afirma la primariedad de la idea, y epistemológicamente significa que el sujeto constituye la realidad en el acto de afirmarla, la crea al conocerla. Se opone al realismo que afirma que la realidad exterior a la mente es lo primero y que como tal se nos impone al conocerla. La realidad es tal como la conocemos afirma el idealismo; conocemos las cosas tal como son propone al contrario el realismo. El idealismo concibe un sujeto activo, creador y suele desarrollarse paralelamente al racionalismo. El realismo un sujeto pasivo, receptor de percepciones y por eso se asocia al empirismo.

El primer idealista es Platón al concebir el mundo de las Ideas como la protorrealidad y modelo del mundo sensible. Si bien al dotar a esas ideas de existencia real independiente de nuestra mente cabe considerarlo el primer realista. El idealismo se desarrolló sobre todo en la época moderna con Kant en quien adquiere una formulación moderada pues la dimensión ideal preexistente, los “apriori”, tienen solo un carácter formal (idealismo trascendental) y sobre todo con Hegel, Fichte y Schelling para quienes la Idea es lo absoluto: el Todo.

Leibniz aplica el término al platonismo en cuanto afirma que la verdadera realidad está en las ideas. Platón es considerado el primer realista por cuanto otorga al mundo de las ideas el caracter de realidad primera y ejemplar. Sin embargo, Kant distingue el idealismo empírico, que pone en duda (Descartes) o niega (Berkeley) la existencia de cosas exteriores, del idealismo trascendental o formal: el suyo. El sujeto constituye formalmente las cosas exteriores.

El primero de los idealistas modernos es Berkeley, con su afirmación sobre la inexistencia de la materia, o inmaterialismo, y su fenomenismo. “Ser es percibir o ser percibido” En realidad este idealismo de Berkeley es un fenomenismo. El ser de las cosas consiste en ser percibido, es su fenomeno.

El gran desarrollo moderno del idealismo es el que corresponde al llamado «idealismo alemán», que tiene sus inicios a finales del s. XVIII (Fichte, Schelling y Hegel), Pretende hallar un sistema de pensar que elimine la distinción entre sujeto y objeto, y entre yo y mundo, distinción que se vive como una contradicción.

MATERIALISMO

Escuela o conjunto de teorías que, a lo largo de la historia del pensamiento, han afirmado, como principio fundamental, que en el mundo «sólo existe materia» o que «todo es materia o es reducible a la materia».

Puesto que el concepto de materia ha ido variando a lo largo del tiempo y tampoco resulta muy claramente definible, han existido y existen diversas clases de materialismo filosófico. Los primeros materialistas fueron Leucipo y Demócrito para quienes la realidad está compuesta de átomos y vacío. En la época moderna Hobbes y La Mettrie formulan un materialismo mecanicista y determinista. Hasta el ser humano es una máquina sujeta a leyes fijas. El naturalismo de la Ilustración, el evolucionismo de Darwin y el cientifismo del XIX acabaran por configurar en el positivismo una visión del mundo en la que solo existe lo comprobable y por tanto lo sensible material. En el marxismo o materialismo histórico este suelo firme, sensible y material, es el trabajo o praxis humana.

El materialismo clásico antiguo lo personifica el atomismo de Leucipo y Demócrito, cuya afirmación fundamental es que sólo existen los átomos y el vacío, de modo que toda la naturaleza y los cambios que en ella ocurren pueden explicarse por los choques que se producen azarosamente entre estas unidades mínimas de materia indivisible dotadas de movimiento eterno. Esta afirmación de materia y movimiento eternos se convirtió en el paradigma de todo materialismo posterior. El epicureísmo y el estoicismo prosiguen el materialismo atomista: los epicúreos manteniendo un mundo formado de átomos, aunque no totalmente sometido al determinismo físico, y los estoicos con un carácter determinístico absoluto.

En el siglo XVII, en plena filosofía moderna, Thomas Hobbes repite la afirmación básica del atomismo antiguo: todo en el universo son cuerpos en movimiento y lo que no es cuerpo no forma parte del universo. Este iniciador del empirismo inglés, aplica asimismo los principios del materialismo a las explicaciones psicológicas, a los problemas que plantea el lenguaje y a las relaciones sociales e insiste en el determinismo.

Pero el campo de aplicación de la actitud materialista logra su mayor amplitud con los ilustrados franceses del s. XVIII: el materialismo de la Ilustración, de autores como La Mettrie, Voltaire, Diderot, d´Alembert y Holbach, se constituye como el substrato desacralizado y naturalista de ideas que van a configurar buena parte de la visión laica del mundo propia del hombre occidental.

Los descubrimientos científicos del s. XIX, como la producción de sustancias orgánicas en el laboratorio (que se inicia con la síntesis de urea en 1828), el desarrollo de la nueva teoría atómica, las nuevas teorías físicas basadas en la concepción de la materia y la fuerza como realidades últimas, el principio de la conservación de la materia y de la energía en todos los cambios, el progreso de la fisiología y, sobre todo, la teoría de la evolución de Darwin, no sólo reafirmaron las convicciones materialistas y naturalistas de la ilustración francesa, sino que les dieron una base científica que parecía eliminar las fronteras entre lo físico-químico y lo bioquímico, entre la vida y la materia inerte y entre el hombre y el animal.

En el siglo XIX y XX los avances en física, biología, antropología y sociología, han llevado a la conclusión de que la vida, el hombre y la misma sociedad son productos evolutivos de la naturaleza. El materialismo se identifica con la actitud científica adecuada. El positivismo de Comte es un claro exponente de esta actitud. Frente a esta generalización de materialismo, conviene diferenciar el materialismo de Marx más considerado como un realismo: La realidad fundante no es tanto la naturaleza aislada cuanto la relación dialéctica de la acción humana con ella, es decir el trabajo. La historia además es fruto de la praxis humana más que de un azar o un determinismo absoluto de la materia.

ESENCIA

Lo que una cosa realmente es; aquello que lo define o caracteriza más nuclearmente. Su propiedad que la identifica, su definición; lo que la constituye más propiamente.

Platón utiliza este concepto para designar la «realidad» de una cosa, lo que una cosa es en verdad, por tanto la idea de la que participa. Para Aristóteles la esencia es la forma que identifica o define a una sustancia. A diferencia de Platón, es inseparable de la materia. En Santo Tomás la esencia se queda como potencia o posibilidad de ser que solo por la creación recibe el ser o existencia.

El existencialismo antepone la existencia a la esencia: el ser humano no se define por una esencia previa, por un ideal que haya que llevar a la práctica, sino que se va definiendo conforme vive y se construye gracias a su libertad.

FORMA

Aquello por lo cual un ser es lo que es. En Platón es una de las maneras de nombrar a las ideas. En Aristóteles es, por un lado, el elemento metafísico correlativo de la materia, con la que constituye la sustancia de cada cosa, según la teoría del hilemorfismo. Por otro lado es también una de las cuatro causas, aquella precisamente que expresa la esencia. Si los elementos o el contenido de un ser es la materia, la forma es la configuración o estructura que lo identifica.

La forma para Platón era la idea o modelo que estaba separada de la realidad sensible. Aristóteles la unifica con la materia en el concepto de sustancia. Todo lo que hay son sustancias compuestas de materia y forma (hilemorfismo). La Escolástica no sólo admitió la teoría hilemórfica, sino que hizo de la materia el principio que explica la individualidad de cada cosa y, de la forma, la naturaleza universal de las cosas.

MATERIA

Aquello de lo que están hechas las cosas. Esta definición vale tanto para las cosas físicas (propiamente «materiales») como las que no lo son; por ejemplo, el tema de que trata un libro. Científicamente la materia es lo real perceptible por los sentidos y mensurable. Desde el punto de vista metafísico materia y forma son conceptos correlativos. La materia de algo es su contenido y la forma su estructura o configuración.

Esta noción de Aristóteles no coincide con la nuestra de materia física. La materia, a la que da el nombre de Hyle, madera en general y madera para la construcción, es aquella parte de la realidad que, junto con la forma, constituye el todo de una sustancia individual. De esta manera se introduce en el pensamiento occidental que todas las cosas están hechas de elementos que mantienen entre sí una determinada relación de composición, o de estructuras.

La materia aristotélica no es, en consecuencia, «material» (los únicos principios propiamente materiales, en sentido físico, son los cuatro elementos ), sino que es un principio metafísico que da a entender que todo se explica a modo de una composición de dos elementos correlativos, materia y forma, y que la misma materia es en sí misma un concepto relativo, cuya naturaleza debe precisarse indicando la forma respecto de la cual es materia.

PERCEPCIÓN

Conciencia de una sensación. Es un proceso fisiológico por el que el sujeto transforma las diversas impresiones sensoriales (estímulo) en una representación mental sensible. Es el resultado de una captación de los sentidos en la que influyen tanto los estímulos que nos llegan, bien del exterior o de nuestro propio cuerpo, como los componentes subjetivas con que los recibimos, sean las características de nuestros sentidos, los patrones mentales o las experiencias previas que proyectamos sobre dichos estímulos.

Recordad lo estudiado el curso pasado sobre el binomio figura-fondo, las leyes de la percepción, los patrones subjetivos... En la percepción aprehendemos la realidad, no como una suma de impresiones aisladas sino como un conjunto global organizado, del que luego podemos distinguir las sensaciones que lo componen.

Para Aristóteles, como buen empírico, la percepción es el primer paso del conocimiento. Sobre las diversas percepciones sensoriales el “sentido común” unifica una imagen o fantasma que sirve de base para el proceso de abstracción que realiza el entendimiento agente. En la Estética Trascendental de Kant cualquier percepción viene configurada por las estructuras aprióricas del espacio y el tiempo.

ABSTRACCIÓN

Operación de la mente que tiene por objeto separar, de lo que se hace presente intuitivamente a los sentidos, una característica esencial que representa o bien la naturaleza de un objeto o una propiedad suya, o bien lo que de común hay entre varios objetos, y por cuyo medio decimos que entendemos qué son aquellas cosas. El resultado de la abstracción, lo abstraído o lo abstracto, es el concepto o la idea en sentido tradicional; aquello de donde se abstrae es la percepción dada por los sentidos.

La primera teoría de la abstracción la hallamos en Aristóteles, quien la opone a la intuición de las esencias o captación directa de las ideas por la mente, tal como hace Platón; Puesto que toda idea o todo concepto universal de la ciencia debe provenir de algún modo de la experiencia, los conceptos universales se obtienen a partir de la inducción esto es, observando lo que hay de común o semejante en varios individuos, o bien son resultado de la actividad iluminadora del entendimiento agente, que capta la esencia del objeto en lo que llama imagen sensible.

La escolástica medieval recurre a la abstracción para dar fundamento al realismo de los conceptos al admitir que la esencia está en el objeto permitiendo que sea abstraída de ellos. Sin embargo Guillermo de Occam rechaza todo conocimiento que se deba a la abstracción. Las cosas son singulares y el conocimiento no abstrae ninguna esencia común que radique en ellos (nominalismo). Las esencias o ideas son nombres para designar esos objetos singulares. El empirismo del siglo XVII destaca este mismo aspecto. Locke afirma que las ideas simples son recibidas pasivamente por el entendimiento que las convierte en generales y abstractas cuando separa de ellas las diversas circunstancias concretas. Para Humee tampoco hay abstracción sino generalización por la costumbre. Las ideas son copìa de las impresiones no resultado de una abstracción.

CONCEPTO

Es el resultado del proceso de abstracción. Es una representación mental de carácter ideativo. Un concepto se distingue de una imagen (resultado inmediato de la percepción o recuerdo sensible) en que ésta posee características concretas, reflejo de algún objeto determinado, mientras que el concepto sólo contiene características generales, esenciales y definitorias, obtenidas por abstracción. La imagen mental de una montaña contiene la forma de alguna montaña, mientras que el concepto sólo posee las características definitorias que se aplican necesariamente a cualquier montaña: «cumbres elevadas», por ejemplo. Los conceptos pueden ser universales, particulares y singulares. Cada concepto tiene dos dimensiones: extensión y comprensión.

Los conceptos universales siempre han planteado problemas acerca de su realidad. En Platón son los equivalentes de las ideas y en Aristóteles de las formas. En la Edad Media el realismo exagerado afirmaba su existencia real; el nominalismo, al contrario, que eran meros nombres para designar el parecido de las cosas. Kant dejó clara la ilusión de los conceptos sin experiencia:“los conceptos sin experiencias son vacíos, y las experiencias sin conceptos son ciegas”. Modernamente a los conceptos universales no se les reconoce existencia, tienen sólo un carácter lógico. Por ejemplo, a los conceptos les competen dos propiedades fundamentales: extensión y comprensión.

JUICIO

Es la unión de un sujeto y un predicado. Acto mental por el que el entendimiento afirma que el sujeto pertenece o no al predicado. Es el equivalente de “enunciado” en la filosofía aristotélica y escolástica.

Los juicios pueden ser según su cantidad universales, particulares y singulares. Según la cualidad afirmativos o negativos. Tradicionalmente también se dividía a los juicios en analíticos y sintéticos. Los primeros son a priori y los segundos a posteriori. Kant sin embargo establece la posibilidad de “juicios sintéticos a priori”.

Recordad lo estudiado el curso pasado en Lógica. Primero la distinción entre: concepto cuya expresión es un término, juicio o relación entre dos conceptos cuya expresión es una proposición y razonamiento o relación de varios juicios y cuya expresión es el argumento o inferencia. Luego el cuadro de oopsiciones de los juicios cuando vimos la silogística. Y sobre todo el cuadro de clasificación de las ciencias y la Analítica Trascendental de Kant.

Los juicios analíticos y sintéticos equivalen respectivamente a relaciones de ideas y cuestiones de hecho (Hume), y verdades de razón y verdades de hecho (Leibniz). Los juicios analíticos son aquellos en los que el predicado está incluido en el sujeto. Su verdad puede establecerse con independencia de la experiencia. Los juicios sintéticos son enunciados cuyo predicado no está incluido en el sujeto.

Su verdad depende de lo que sucede en la realidad (a posteriori). Los analíticos, por ser a priori, son universales y necesarios, pero no amplían nuestro conocimiento; los sintéticos, por ser a posteriori, amplían el conocimiento, pero no son ni universales ni necesarios De aquí deduce Kant que la ciencia debe fundarse en una clase intermedia de juicios: los «juicios sintéticos a priori», que son necesarios y universales y a la vez amplían el conocimiento.

RACIONALISMO

Escuela o corriente filosófica, nacida en Francia en el s. XVII opuesta al empirismo, y que sostiene que el punto de partida del conocimiento no son los datos de los sentidos, sino las ideas propias del espíritu humano.

Sus principales representantes son Descartes, Spinoza y Leibniz. Y las principales características son: la afirmación de la existencia de ideas innatas, la relación directa -prácticamente coincidencia- entre pensamiento y realidad, el conocimiento es de tipo deductivo, como el que se da en las matemáticas, se atribuye un carácter fundamental a la sustancia (las dos sustancias de Descartes, la sustancia única de Spinoza y las mónadas de Leibniz). Se acude a Dios como garante del conocimiento y orden.

La forma característica de argumentación racionalista excluye el recurso a la experiencia y se remite exclusivamente a la razón. En general, actitud filosófica de confianza en la razón que exalta la importancia de las ideas y las independiza de la experiencia.

INTUICIÓN

Tipo de conocimiento inmediato, en el que el objeto es captado directamente por la facultad correspondiente, la sensibilidad o el entendimiento. En un sentido ordinario se entiende como el «presentimiento» de saber algo sin ser consciente de sus razones. Así se habla, por ejemplo, de la intuición femenina o del que juega y gana a la bolsa.

La intuición puede ser sensible o intelectual. Una intuición es siempre algo inmediato, no interpone ningún paso o mediación. Por eso es propia de la percepción sensorial y está muy discutida como intuición intelectual o de conceptos, que son mas bien fruto de la abstracción. Así lo vieron Aristóteles y Tomás. Descartes, sin embargo, la considera el punto de partida de su filosofía deductiva y Kant la niega al considerar los conceptos vacíos, necesitados siempre del contenido de la intuición sensible.

CONCIENCIA

Es la capacidad de representarse objetos siendo consciente de esa representación. Es el saber algo dándose uno cuenta de que se sabe. La conciencia (representación) del mundo implica la conciencia de sí mismo como sujeto que conoce y por ello se puede tomar el concepto en dos acepciones: la representativa (de objetos) y la reflexiva (sobre uno mismo).

Por la primera todo hombre es capaz de representarse mentalmente el mundo; la conciencia es esta capacidad del individuo de conocer el mundo que le rodea, incluido su propio cuerpo. Por la segunda tener conciencia, significa subjetividad, ser sujeto.

Cuando este objeto de representación es directamente el yo mismo, a la conciencia se la llama autoconciencia y cuando es un valor moral o un deber, también llamada conciencia moral.

Las primeras apelaciones a la conciencia, entendida como conocimiento reflexivo de uno mismo, se dieron en el «conócete a ti mismo» de Sócrates, o el «diálogo del alma consigo misma», de Platón, o en la distinción entre «hombre exterior» y «hombre interior de Agustín de Hipona. Sin embargo la consideración de la conciencia como tema de filosofía comienza con las Meditaciones Metafísicas de Descartes.

Para él, la conciencia es fuente única de certeza y modelo de conocimiento y se identifica, además, con el yo o la sustancia del individuo; “Pienso luego existo” no es otra cosa que la expresión de la autoconciencia pura. El yo presente a sí mismo como primer dato evidente sobre el que poder edificar o deducir todo conocimiento posterior.

A Hume se debe, en cambio, la perspectiva de considerar a la conciencia como si fuera un flujo de impresiones, un «haz», una «corriente» o un «río», esto es, como conjunto de vivencias sin identidad de sujeto y sin carácter sustancial.

Con la llegada de los representantes de la llamada "Filosofía de la sospecha", se somete a crítica la noción tradicional de conciencia. Nietzsche afirma el origen social de la conciencia y la necesidad de desenmascarar cuanto se oculta realmente detrás de ella como conciencia moral; Marx la constituye en un mero reflejo de las relaciones económicas de producción, y según Freud es un producto del inconsciente.

EMPIRISMO

Doctrina filosófica, contraria al racionalismo, que sostiene que las ideas y el conocimiento en general provienen de la experiencia. A Aristóteles se debe la primera línea de pensamiento que vincula de manera sistemática el conocer a la experiencia sensible, pero el empirismo, como doctrina filosófica sistemática, se supone característica de la filosofía inglesa de la época moderna e ilustrada.

El precursor del teórico es Francis Bacon (1561-1626) quien destaca la necesidad de recurrir a la inducción y a la observación para hacer ciencia. Quienes dan forma sistemática al empirismo son, sin embargo, Locke (1632-1704), Berkeley (1685-1753) y Hume (1711-1776). A ellos se debe la versión clásica del empirismo.

Aquellos afirman que no existen ideas innatas. El entendimiento, antes de toda experiencia, no es sino una “tabla rasa”. Es decir, el conocimiento procede de la sensación, o experiencia interna o externa; de este modo afirma tanto la prioridad temporal del conocimiento sensible (el conocimiento empieza con la experiencia) como su prioridad epistemológica o lógica (el conocimiento requiere de la experiencia como justificación). El modelo de conocimiento son las ciencias empíricas. Se ponen en cuestión las afirmaciones dogmáticas de la razón tales como la sustancia, el yo, Dios, preocupándose por tanto más de la filosofía moral y política que de la metafísica.

Frente al racionalismo que se desarrolla en el continente, el empirismo se abre camino en Gran Bretaña. El empirismo por excelencia de la edad contemporánea recibe el nombre de empirismo lógico o neopositivismo. Sus dos principios empiristas fundamentales son: el principio de la verificabilidad, “un enunciado es verdadero cuando se puede verificar experimentalmente” o otras formulaciones más o menos radicales, y el reduccionismo de los conceptos no lógicos a enunciados observacionales. Fue defendido principalmente por el Círculo de Viena.

Karl R. Popper representa una crítica dirigida al neopositivismo en general desde un punto de vista empirista crítico, que su autor llamó racionalismo crítico. Su principio de falsabilidad se opone diametralmente al inductivismo que supone el principio de verificación.

CONSENSO

Acuerdo que toman libremente los individuos, componentes de un grupo social, sobre cuestiones discutibles, en especial, valoraciones y actitudes. En los filósofos del Contrato Social (Hobbes, Locke, y Rousseau) el consenso es el mismo pacto o acto de acuerdo para la constitución de la sociedad civil desde el estado natural.

Fue considerado antiguamente desde Aristóteles y sobre todo en la Escolástica para demostrar la existencia de Dios), como “prueba de verdad”: Si todo el mundo está de acuerdo en una opinión se acepta como cierta. A veces se ha equiparado con el sentido común.

En la escuela de Frankfurt (Benjamin, Adorno, Horkheimer, Habermas, Apel, y Habermas) el consenso es el resultado de la “acción comunicativa” en la que los humanos mediante el lenguaje y la argumentación argumentación pretendemos llegar a acuerdos o criterios universales en el orden moral y social. Entonces pueden ser considerados como verdad. (teoría consensual de la verdad).

El consenso resulta sumamente adecuado en aquellas cuestiones en que no parece que pueda lograrse un conocimiento objetivo, por ejemplo, ciertos principios morales o decisiones, sobre todo, de orden práctico-moral.

CONTRATO SOCIAL

En general el contrato social es una convención entre individuos, por la que, de forma tácita o expresa, determinan renunciar a los derechos naturales para constituirse en sujetos de derechos civiles constituyendo así el Estado y la sociedad, sus normas y derechos y su autoridad.

Las primeras teorías contractualistas se deben a los sofistas. Para ellos las leyes morales y políticas no son naturales sino resultado de una convención o acuerdo de los ciudadanos de cada polis; por tanto son relativas a ésta.

De este fondo convencionalista surgen las teorías propiamente contractualistas, que proliferan entre el Renacimiento y el s. XVIII; sus defensores más notables son Hobbes, Locke y, sobre todo, Rousseau. En todos ellos la sociedad se constituye por un pacto entre individuos libres que desde su estado natural necesitan un acuerdo para no destruirse o para garantizarse los derechos. En Hobbes este pacto es de claudicación de las libertades y da lugar a un sistema político autoritario, único capaz de poner paz en ese estado natural de guerra de todos contra todos. En Locke el pacto es democrático, se constituye para que una autoridad electa y revocable coordine las libertades de todos y en Rousseau el pacto sustituye el estado de bondad natural por una sociedad que pervierte al hombre.

FENÓMENO

En Kant este término designa el objeto del conocimiento tal como lo conocemos nosotros. Se opone al noúmeno, la cosa en sí misma, lo que sería al margen de nuestra manera de conocer o como sería conocida en una intuición intelectual. El fenómeno no es mera apariencia de las cosas a los sentidos, sino todo cuanto podemos conocer por la experiencia y, en algún sentido, construcción (trascendental) del sujeto humano mediante las formas a priori de la sensibilidad (s y t).

Posteriormente, «fenómeno» pasó a significar, de un modo más general, cualquier «hecho» o «suceso» que pudiera convertirse en objeto de una descripción científica. Así, en las ciencias empíricas, fenómeno es el hecho que se toma como objeto de estudio, mientras que en la fenomenología de Husserl fenómeno es el «dato» de conciencia cuya esencia se describe (no se construye, como en Kant).

IDEOLOGÍA

Sistema de representaciones (imágenes, mitos y conceptos) dotados de una existencia y de un papel histórico en el seno de una sociedad dada. Con ella los hombres interpretan su vida y función social.

Según Marx, la vida social es resultado de la producción y está alienada en su origen. Por ello la representación que de ella surge es falsa y Marx la define como conjunto de ideas y “formaciones nebulosas” o “sublimaciones” que dan un imagen falseada y falsificadora de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los hombres. Los hombres y sus relaciones aparecen así invertidos como en una “cámara oscura”.

La ideología pretende dotarse de consistencia propia y erigirse como sistema real verdadero frente al mundo material, olvidando su carácter dependiente y no sustantivo. Su función es ocultar, desfigurar, sublimar, y suplantar la situación social de alienación (Feurebach).

ESTRUCTURA

Conjunto de elementos ordenados que se relacionan y rigen según una ley dando lugar a una totalidad coherente y auto ajustada. En un sentido reducido sería únicamente la configuración interna de las cosas, su esqueleto o armazón considerado al margen de su desarrollo y de sus detalles.

El concepto de estructura se puede aplicar a cualquier realidad biológica, matemática, psicológica, lingüística o, etnológica. Marx utiliza este concepto para explicar tanto la base económica de la sociedad (la infraestructura, el conjunto de los medios de producción y las relaciones de producción) como la superestructura (conjunto de producciones sociales, jurídicas e ideológicas que se derivan de la anterior).

En los años 60 y 70 apareció una corriente filosófica, el estructuralismo, caracterizada por aplicar una metodología para las ciencias sociales enfrentada al historicismo y al subjetivismo y basada en este concepto de estructura.

POSITIVISMO

Actitud teórica y escuela filosófica que sostiene que el único y auténtico conocimiento es el científico caracterizado por su sujeción a los hechos y la condición de verificabilidad de sus enunciados.

Además es propio del positivismo una actitud crítica ante la filosofía tradicional, en especial la metafísica. El «espíritu positivo» es fiel a estos principios:

Fenomenismo: la realidad se manifiesta en los fenómenos; sólo hay impresiones y copias de ellas en la mente (recordad Hume); cualquier concepción de una esencia oculta más allá de los fenómenos es ilusoria;

Nominalismo: el saber abstracto no es saber de cosas en sí o universales, sino de meras cosas individuales generalizadas; y, Descriptivismo: Se rechazan los juicios de valor y los enunciados normativos, en cuanto carentes de sentido cognoscitivo y se atribuye a la moral un valor meramente descriptivo. Unidad del método de la ciencia, Sólo hay un ámbito del saber, el reducible a la observación y a la experiencia, en definitiva a una única ciencia, preferentemente la física.

Debe su origen a Hume y como escuela filosófica aparece en el XIX con Comte: el entendimiento, la sociedad y la humanidad pasan por tres estados: teológico, los fenómenos se explican por fuerzas sobrenaturales, el metafísico o abstracto, cuando el hombre sustituye lo sobrenatural por lo abstracto, y el científico o positivo, cuando se renuncia a un saber absoluto y nos conformamos con conocer las meras relaciones entre fenómenos, esto es, las leyes; Esta es la meta final de la mente humana.

En el período que transcurre entre los años veinte y los treinta se desarrolla el denominado positivismo lógico, o neopositivismo que cristaliza en torno al llamado Círculo de Viena. Se llama así por centrar su estudio, no en los hechos, sino en el análisis lógico del lenguaje. Su característica más importante es el principio de verificación, según el cual sólo tienen significado aquellos enunciados que son susceptibles de verificación.

FENOMENOLOGÍA

La escuela y teoría filosófica que pretende describir el sentido de las cosas viviéndolas como fenómenos de conciencia. Surge con Edmund Husserl, Max Scheler, Martin Heidegger, J.-P. Sartre, y M. Merleau-Ponty.

Mediante el método fenomenológico se busca llegar «a las cosas mismas» partiendo de la propia subjetividad ya que las cosas se experimentan primariamente como hechos de conciencia y ya que la característica fundamental de la conciencia es la intencionalidad, su permanente dirigirse hacia las cosas. Se opone al realismo porque las cosas se dan primeramente en la conciencia y se opone al idealismo porque no se adaptan al sujeto y sus estructuras sino que se revelan ante él.

Reducción fenomenológica: consiste en «poner entre paréntesis», a modo de una suspensión de juicio o epojé la existencia o no de las cosas aceptando que al menos son hechos de mi conciencia.

Reducción eidética: en ese fenómeno interno a mi conciencia ponemos entre paréntesis las características individuales y concretas y nos quedamos con su esencia.
Reducción trascendental: como último reducto, si ponemos también entre paréntesis esta misma esencia nos quedamos con la subjetividad trascendental y se nos revela que en esa misma conciencia se da ya el mundo de forma intencional.

Husserl identifica la fenomenología con un «idealismo trascendental». Una ciencia fundada en el a priori objetivo de las esencias que se revelan en la conciencia a diferencia del a priori de las estructuras cognoscitivas del sujeto (Kant).

HERMENEÚTICA

En general significa el arte de la interpretación de un texto o un hecho para adquirir su comprensión. Filosóficamente designa aquella corriente de pensamiento que explica los hechos por su significado, por la intencionalidad que encierran en lugar de por su medición cuantitativa. Para ello el intérprete tiene que sumergirse en la vivencia de lo otro, partir de su propio sentimiento y desde allí comprender, descubrir su sentido.

El método hermeneútico es el propio de las ciencias del espíritu, y es la contrafigura del método de las ciencias de la naturaleza. Hay realidades irreductibles a la matematización y contrastación propias del método empírico que también requieren una explicación y que necesitan por tanto otro método. Esas realidades son las diferentes expresiones de la cultura, los resultados históricos del espíritu humano.“Explicamos la naturaleza, comprendemos la cultura” afirma Dilthey.

Para los hermeneúticos Schleiermacher, Dilthey, Heidegger, Gadamer, y Ricoeur la comprensión es un proceso que se dirige a las vivencias del espíritu. Este camino puede derivar en un acentuado subjetivismo. Por eso el investigador debe ser consciente de su propia aportación en la comprensión. No puede partir de cero y por tanto debe ser consciente de sus juicios y sentimientos previos para, una vez comprendido el fenómeno, criticar la pre-comprensión de la que ha partido. Es lo que se llama el círculo hermeneútico. El sentimiento vivido es el punto de partida y de llegada de toda comprensión, que es propiamente el intento de reconstruir en mi propia vivencia la vivencia de lo otro.

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